Hace más de 10 años, Eli y Aki —hermanos y apasionados por la tierra y el sol del Valle de Calingasta, en San Juan— decidieron invertir en fincas con una visión clara: crear valor, cuidar lo auténtico y despertar el potencial de una tierra noble y generosa.
Con trabajo, esfuerzo y compromiso constante, fueron dando forma a un proyecto productivo que hoy incluye plantaciones de nogales, ajos y viñedos. A cada paso, pusieron el cuerpo y el alma para construir algo con sentido, desde lo más profundo de sus raíces.
En 2019, Jessi —hija y sobrina de Eli y Aki— se sumó con entusiasmo a las operaciones del campo. Su mirada joven y su fuerte vocación definieron un nuevo rumbo: transformar la producción en una marca viva, con identidad propia.
Así nació El Castaño, una marca de alimentos naturales con origen en San Juan, que no solo comercializa productos de sus propias fincas, sino que también reivindica el trabajo manual de las pequeñas comunidades rurales y pone en valor el esfuerzo de los pequeños productores del Valle de Calingasta.
Jessi se dedicó con pasión a construir una propuesta que trasciende lo comercial. El Castaño es, ante todo, una forma de acercar alimentos reales a los hogares de todo el país, con el compromiso de mejorar la calidad de vida a través de una alimentación más consciente, cercana y nutritiva.
Hoy, El Castaño es una realidad en crecimiento. Una marca joven, con alma de empresa familiar, que sigue ampliando su alcance sin perder de vista lo esencial: honrar la tierra, el trabajo y a las personas que lo hacen posible.
Sabemos que queda mucho por recorrer, pero caminamos firmes, con el corazón puesto en cada paso.
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